Os voy a contar la excursión del lunes. Ya sé que es feo decirlo, ya que New York es una ciudad fantástica con miles de cosas por hacer, pero visitar Lancaster, creo que ha sido lo que más me está gustando del viaje.
Antes de salir de Barcelona, pedí consejo para ver qué y dónde podría encontrar Amish y cositas de Patch. La respuesta fue rápida: "Tienes que ir a Intercourse - Lancaster".Mi primera opción fue mirar si había algún tour que me pudiera llevar desde New York y así no complicarme la vida, pero me desalentaron. Primero des de NYC no encontré nada, y segundo, te llevan al Port Aventura de los Amish, y eso tampoco lo quería.
Fui mentalizando a mi marido: "Cariño, nos vamos a la aventura, no tengo ni idea de lo que nos vamos a encontrar, pero seguro que nos lo pasamos bien" Mi marido ponía los ojos en blanco, diciendo "Hay Dios mío!!!"
En la web de Amtrak, la compañía de trenes de USA, encontré la solución. Así que el lunes, nos levantamos bien prontito, y a las 7.30 cogíamos un tren dirección Lancaster. El viaje dura 2.45h aprox, pero vale la pena. Al llegar allí, fuimos a recoger el coche que había alquilado desde Barcelona, nos pusieron un GPS para darnos las indicaciones, y evualá!!! Visitando las Americas Profundas para conocer la zona.
Al llegar a Intercourse, dejamos el coche en un parking abierto, y nos pusimos a andar. Hay una calle principal, y están todas las tiendas una al lado de la otra. La más significativa, y donde encontré más cosas fue en "The People's Place Quilt Museum", que a parte de tener tienda (enorme), tiene una sala como museo de diferentes quits, hechos a mano por quilters de allí.
Os pongo una muestra de lo que vi, aunque había más quilts para mirar, estudiar y admirar.Después de mirarnoslo todo bien, y estudiarnos a ver en que tiendas podríamos encontrar más cositas, después de comer, me lancé a las compras.
Mi marido estaba escandalizado, al principio, me iba diciendo "mira este libro, o aquél..." o "mira estas telas, podrías hacer..., qué te parece combinar esta con esta...", pero cuando ya llevabamos un rato, desistió, yo estaba como una posesa, con tantas telas a mi alrededor, me venían a la cabeza tantos proyectos y cosas qué hacer con ellas, que al final, mi marido dejó de seguirme y se quedó en un rincón a esperar a que acabara con todo aquello. Pobre!!!

Al final, como premio, le compré un libro que encontré super divertido, Help! I married a Quilter, Ayuda! Me he casado con una Quilter. Lo encontré tan apropiado para la ocasión, que no pude resistirme. También os pongo una muestra de algunas de las telas que me compré, hay más, pero no quiero saturaros. Creo, incluso, que cuando nos fuimos, organizaron una fiesta para celebrar todas nuestras compras. jajaja!!!
Solo nos dio tiempo de visitar 2 pueblos, pero seguro que por la zona hay muchísimas más cosas por ver y hacer. Ya tengo ganas de volver a inspeccionar el terreno, pero con más tiempo. Alguien se apunta para el año que viene? Os encantará!!







Me gusta mucho, porque siempre te da truquitos para hacer las cosas más faciles. O así lo parecen cuando nos lo explica, además sus clases son muy divertidas.
Sorprendentemente, lo que mejor me salió fue el acabado curvo. La verdad es que a mi me daban un poco de pereza cualquier cosa con curvas, porque me daba la sensación que no lo sabría hacer bien.
2. luego cortamos los lados de los cuadrados y tiramos (o guardamos, nunca se sabe si algún día nos podrán servir para alguna pequeña aplicación o ara el corazón de un log-cabin) los rectángulos laterales, en este caso, los que miden 3,25x6,5cm.
3. Vamos doblando y planchando las diagonales de los cuadrados. Acordaros de doblar siempre hacia la misma dirección, o de derecha a izquierda o de izquierda a derecha. Da igual como deseeis hacerlo, pero todos en la misma dirección, porque si no luego no podrán montarse unos dentro de otros.
¡ES SÚPER FÁCIL!
Besos para